Friday, March 16, 2012

Un poco de historia del concepto de la inteligencia emocional

Inteligencia emocional El camino al concepto Para entender el concepto de Inteligencia Emocional (IE) es importante conocer los antecedentes en los que fue construido, por lo que haremos un breve recorrido por las principales aportaciones en las que se basa. La teoría del cerebro triuno de Maclean (waisburd, 2001), explica el cómo fue la evolución del cerebro humano. De acuerdo a ésta, la primera capa, pareció fue en la era de los reptiles por lo que se llamó reptilina o básica, misma que tiene relación directa con los instintos de supervivencia. La segunda surge cuando aparecen los mamíferos, llamada zona límbica, cuya función tiene que ver con las emociones y la tercera emerge junto con el hombre, es la conocida como neocortex y su función está relacionada con el pensamiento y el lenguaje. Por lo anterior, el ser humano es instintivo, emocional y racional (Waisburd, 2001). Siguiendo con las Investigadores, se realizaron diferentes estudios sobre el cerebro humano, entre los que destacan, los que demuestran que el mismo, esta divido en dos hemisferios (Sperry, 1930, en Waisburd, 2001), y en cuatro cuadrantes (Herrmann, 1990, en Waisburd, 2001), y que, cada uno de ellos, tiene funciones y habilidades que son complementarias. En la imagen siguiente se muestran: Inteligencia emocional El camino al concepto Para entender el concepto de Inteligencia Emocional (IE) es importante conocer los antecedentes en los que fue construido, por lo que haremos un breve recorrido por las principales aportaciones en las que se basa. La teoría del cerebro triuno de Maclean (waisburd, 2001), explica el cómo fue la evolución del cerebro humano. De acuerdo a ésta, la primera capa, pareció fue en la era de los reptiles por lo que se llamó reptilina o básica, misma que tiene relación directa con los instintos de supervivencia. La segunda surge cuando aparecen los mamíferos, llamada zona límbica, cuya función tiene que ver con las emociones y la tercera emerge junto con el hombre, es la conocida como neocortex y su función está relacionada con el pensamiento y el lenguaje. Por lo anterior, el ser humano es instintivo, emocional y racional (Waisburd, 2001). Siguiendo con las Investigadores, se realizaron diferentes estudios sobre el cerebro humano, entre los que destacan, los que demuestran que el mismo, esta divido en dos hemisferios (Sperry, 1930, en Waisburd, 2001), y en cuatro cuadrantes (Herrmann, 1990, en Waisburd, 2001), y que, cada uno de ellos, tiene funciones y habilidades que son complementarias. En la imagen siguiente se muestran: Otra de las aportaciones que contribuyó al concepto de inteligencia emocional es la de Gardner (1985, en Waisburd, 2001), con su teoría de las inteligencias múltiples, quien identifica ocho tipos de inteligencia, entre las que se cuentan las interpersonal e intrapersonal. La primera se refiere, a la capacidad de la persona para entender las intenciones, motivaciones y deseos de los otros, así como la habilidad el uso de la comunicación efectiva. La segunda, está en relación a la habilidad de la persona para conocerse a sí mismo, autoevaluarse, entenderse y cambiar sus acciones en consecuencia, así como su capacidad de autodisciplina. El autor antes mencionado, indique que, el cociente intelectual no es insuficiente para explicar la capacidad cognitiva, por lo que es importante tomar en cuenta el factor emocional. El Concepto El primer uso del término inteligencia emocional generalmente es atribuido a Payne (1985) seguido por Greenspan (1989) Salovey y Mayer (1990) y Goleman (1995), siendo este último quien popularizó el concepto (Waisburd, 2001). De acuerdo con Goleman (1995, en Waisburd, 2001, p. 96), la inteligencia emocional es “la capacidad que nos permite tomar conciencia de nuestras emociones, comprender los sentimientos de los demás, tolerar las presiones y las frustraciones que soportamos en el trabajo, acentuar nuestra capacidad de trabajar en equipo y adoptar una actitud empática y social, que nos brindará más posibilidades del desarrollo”, por lo que, una persona inteligente emocionalmente es capaz de clarificar, comprender y poner en acción sus emociones y sentimientos, lo que implica automotivación, perseverancia ante los retos, control de los impulsos, empatía, confianza en sí mismo y los demás. La evolución del concepto Posteriormente, Goleman (2002), planteó un modelo de inteligencia emocional en la que incluyó aptitudes agrupadas en dos grandes tipos de competencias: la personal y la social. La primera es con respecto al tipo de relación que la persona entabla consigo misma y la segunda a las pautas de relación que establece con los demás. Las anteriores, son descritas a continuación 1. Competencias personales: a. Conciencia de uno mismo: relacionada a la comprensión profunda de las emociones, fortalezas y debilidades, valores y motivaciones, las cuales, se apoyan en el desarrollo de tres habilidades: la conciencia emocional, la valoración personal y la confianza en uno mismo. b. Autogestión: corresponde a la regulación de los afectos y emociones que permitan a la persona, actuar con lucidez y claridad, de acuerdo a las demandas de cada situación. Para lo anterior, se necesitan habilidades como la transparencia, la capacidad de adaptarse a entornos cambiantes, responder con iniciativa y optimismo, y la orientación hacia el logro a través del esfuerzo. 2. Competencia social: a. Conciencia social: es la capacidad de comprender los sentimientos ajenos y basarse en ellos en el proceso de toma de decisiones. Se requiere primordialmente la empatía, así como, la facultad de tomar conciencia en la organización de los grupos humanos y la actitud de servicio. b. Gestión de las relaciones: es la regulación de las emociones de las otras personas, inspirándolas, movilizándolas y orientándolas adecuadamente. Para ello, se precisa capacidad de establecer vínculos genuinos y duraderos, gestionar los conflictos, y trabajar en equipo en favor de los cambios. La importancia de la inteligencia emocional De acuerdo a diferentes autores (Gardner, 1985, Goleman, 1995, 2002, Waisburd, 2001). Las emociones son importante en el ejercicio de la razón, son las que guían las decisiones, por lo que, determinan el éxito o fracaso de una persona. De acuerdo a Goleman (2002), numerosos científicos del comportamiento humano cuestionan el valor de la inteligencia racional para predecir la adaptación exitosa de una persona en los diferentes ámbitos en que se desenvuelve y aquí es donde la inteligencia emocional tiene mucho que aportar, por que como hemos revisado es la que mueve a la persona a actuar de manera ética, decidida, comprometida y responsable. Referencias Goleman, D., Boyatzis, R., McKee, A. (2002). El líder resonante crea más. El poder de la inteligencia emocional. Barcelona, España: Plaza& Janés Waisburd, G. (2001). Creatividad inteligente. El manejo de la inteligencia emocional produce mejores ideas. Distrito Federa, México: Byblos

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